CRISIS   
Autora: Beatriz Cecilia Goyechea 
Valores: bondad, solidaridad

Había nacido en Las Lomas de San Isidro. Tuvo una infancia feliz, en una espaciosa casa con parque. Aún recordaba aquella Navidad cuando su madre, que siempre sorprendía por su originalidad, ideó un árbol especial con una escalera - de esas comunes, de pintor – en donde se fueron colgando, a medida que llegaban los invitados, una multitud de paquetes multicolores.

 Fueron tiempos de abundancia, no sólo para su familia, sino para una gran mayoría de argentinos  -recordó con nostalgia -  Casi todos tenían su empleo y confiaban en la estabilidad de sus situaciones personales.

Hojeó el periódico que estaba arriba de la mesa. Aunque bastante imperceptible, en la sección “Clasificados” había una marca. El aviso decía: “Guillotina 46cm – Nueva.” y a continuación un teléfono. Volvió a leerlo; ese número le resultó conocido. Consultó su agenda. No, ahí no figuraba. Vio que su hermano había olvidado la suya. Aunque siempre fue muy respetuosa de la intimidad ajena, no pudo resistir la tentación de hojearla. Allí estaba el número; pertenecía a una de sus ex compañeras del secundario. Llamó. Prefirió no darse  a conocer. Preguntó por el aviso. Le dijeron que estaba reservada. Colgó. ¿Realmente, Elsa aún viviría allí?

Se quedó pensando en esa guillotina que usaron juntas en algunos trabajos prácticos.  ¿Habría comprado una mejor, o tuvo que venderla por la crisis que estaban sufriendo todos? Prefirió pensar en lo primero. No quería ser pesimista. Tal vez la situación de su amiga fuera mejor que la suya, sin empleo desde  varios meses atrás, pese a su abultado currículo.

El hermano, que últimamente tuvo que vender su departamento y estaba viviendo ahí, llegó con un paquete debajo del brazo.
-¿Qué traés? – le preguntó.
-Una guillotina – le contestó mientras la desenvolvía.
     -¿Y qué uso pensás darle?
 -Siempre es útil en una casa, para las fotos por ejemplo...

 Se quedó meditando. Aún en las peores crisis, él seguía siendo el alma caritativa de siempre. La dueña de la guillotina, Elsa, su ex compañera, había sido novia suya.